Nuevos y viejos amigos: su
importancia en la red de fertilidad
Según la Organización Mundial de la Salud, la Infertilidad es una
enfermedad que afecta al 15% de la población mundial en edad reproductiva. El
impacto emocional que esta enfermedad conlleva suele generar conflictos entre
los miembros de la pareja, y también con el entorno. ¿Cuál es el rol de los
amigos en este proceso?
Si bien la infertilidad es una
enfermedad del aparato reproductor, la OMS refiere que todas las enfermedades
que afectan al cuerpo tienen una raíz y correlato psíquico, porque lógicamente
somos una unidad cuerpo-mente.
Los pacientes que realizan
tratamientos de fertilidad suelen “quejarse” de no sentirse cómodos en sus
grupos de pertenencia social de siempre. Cuando la mujer pasa a ser la única de
su grupo de amigas que aún no ha tenido hijos, es común que viva con angustia
los encuentros sociales donde “sólo se habla de pañales y mamaderas”. A eso se
le suma, a veces, el mandato social de “tener que pertenecer ”o “ tener que alegrarse”
cuando la que trae la buena noticia es otra. Estas situaciones suelen provocar
un conflicto interno entre dos fuerzas en pugna: por un lado el cariño genuino
hacia la amiga, hermana o prima bendecida por la maternidad y, por otro, el
legítimo sentimiento de tristeza, angustia y exclusión que provocan los
reiterados tratamientos fallidos.
Es por esto que los tratamientos
de fertilidad no pueden ser aislados, cada paciente debe armar una red de fertilidad dentro de la cual
pueda circular y afrontar su tratamiento. La red de fertilidad está constituida
por médicos (ginecólogos, fertilólogo,
andrológos, psicólogos, biológos, hematólogos, etc), por los amigos de siempre y por los nuevos, que
pueden crearse a partir de la
participación en grupos de ayuda para la fertilidad. Dado el carácter
autogestivo que suelen tener los tratamientos de fertilidad es recomendable la
formación de esta red de contención e intercambio social donde circulan
informaciones, datos, experiencias, avances científicos, actualizaciones
legales y todo tipo de saberes que aportan el contenido simbólico-representacional
que ayuda a calmar la angustia de quienes están atravesando este proceso.
Dado que en los problemas de
infertilidad la red social se empobrece e incluso, a veces, llega a
desarticularse, es realmente muy valioso y positivo incentivar en los pacientes
a la integración con nuevos grupos de ayuda mutua y de pertenencia social.
Cuál es el lugar de los viejos amigos? Cómo me conecto con
ellos? Cómo hago para no alejarme?
El aislamiento vs el afrontamiento
Rehuir, aislarse o fugarse, nunca son alternativas
constructivas en términos de construcción o articulación de estrategias de
afrontamiento de situaciones de crisis. Por lo tanto, intercambiar con el otro,
a pesar de que por momentos resulte tedioso, angustioso o ansiógeno puede ser
una vía para producir estrategias de apertura para la resolución de problemas.
Los grupos de amigos tienen desde siempre la función de
espacio de contención y acompañamiento. Si alguien está atravesando un momento
de crisis, los amigos que tanto nos
conocen pueden constituir un espacio
para refugiarnos. La cuestión es cómo nos hemos insertado cada uno de
nosotros en nuestro grupo de pertenencia social. A veces esa inserción ha sido
desde el lugar del proveedor del grupo, como alguien completo y autosuficiente.
Esto en ocasiones nos complica a la hora de pedir ayuda, por esta razón la
necesidad de ser contenido o sostenido por el otro puede pasar desapercibida
generando un vacío o sensación de abandono.
El grupo de amigos podrá acompañar
en primer lugar si quién está pasando una situación de crisis puede abrirse al
grupo y pedir compañía o escucha. Sentirnos acompañados por nuestros
viejos amigos en una crisis, aunque sea por algunos de ellos, nos aporta una
gran confianza para afrontar algo desconocido e incierto como es un tratamiento
de fertilidad. Si el amigo que me conoce desde siempre está a mi lado confiando
en mí y en que las decisiones que tomo son acertadas o incluso, señalándome si
no está de acuerdo con algo, me devolverá una imagen de mí mismo segura y
confiada. Por esto decimos que los grupos de pertenencia históricos en la vida
de una persona son espacios de contención, acompañamiento y generadores de
confianza. Devuelven al sujeto una “buena
imagen”, conocida y confiable.
La contención emocional, la
confianza en uno mismo y el acompañamiento afectivo de las personas que nos
quieren son los recursos personales e interpersonales que todos necesitamos
para atravesar las tormentas que la vida nos presenta.
Por otro lado, también están los
nuevos espacios de pertenencia social, que como ya dijimos son muy importantes. La apertura es generadora de
nuevas oportunidades. Tanto con los
grupos históricos como con los nuevos que hemos
construido, compartir e intercambiar nos puede ser de gran ayuda en este arduo camino de la fertilidad.
Y que pasa cuando el grupo se
vuelve invasivo o controlador? Esto es algo que puede suceder, veces los amigos en su afán de asistir o aportar se
transforman en “fiscales” de las decisiones o de la vida de algún miembro del
grupo que está atravesando un problema o una coyuntura especial. Cuando esto ocurre es importante mantener una
zona de privacidad de la pareja donde
circule la información más “confidencial” para evitar así la sensación de
exposición que muchas veces estos tratamientos producen.
No es cuestión de encierro ni de
exponer todo. Intercambiar con la red, de nuevos y viejos amigos, nos permite
realizar otras lecturas posibles de la realidad que nos acontece. Quizás el
fortalecimiento que logramos producto del intercambio nos permite sacar a la
luz prejuicios, fantasías o temores obstaculizantes devolviéndonos una imagen de nosotros mismos
potente y confiada para seguir en el camino de la búsqueda de un hijo.
Lic. Patricia Martínez
M.N. 24.411
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