El aislamiento social, preventivo y obligatorio, más conocido como cuarentena, nos obliga a confrontarnos con nuestras debilidades y nos esfuerza a poner en juego todos nuestros recursos para salir adelante.
Entre las cosas que vamos recuperando comienza a reinstalarse el deseo y la búsqueda del hijo. Proyecto que había quedado en pausa por la pandemia y la cuarentena.
Recientemente, a finales del mes de Mayo, el Ministerio de Salud de la Nación autorizó los tratamientos de fertilidad para quienes tengan embriones o gametas criopreservados y en los casos en los cuales la reserva ovárica o la edad sean un factor limitante.
Esta noticia claramente es buena trajo alivio y esperanza a muchos, no obstante aún falta mucho y hay que tener paciencia.
Las emociones que se ponen en juego durante la pandemia no
son las mismas durante todo el tiempo, al principio de este período el miedo,
el pánico, la incertidumbre y la angustia dominaron la atmosfera emocional de
todos. Conforme fueron pasando los días y “nos fuimos acomodando” a esta nueva realidad, y ésta
pasó de ser “ciencia ficción” a ser la cotidianeidad, fuimos retomando nuestros
viejos conflictos , nuestras viejas y acostumbradas quejas, nuestros
sinsabores, que no amenazan nuestra vida pero que nos aquejan y generan malestar
diariamente.
Para los que de un modo u otro estamos en el camino de la
fertilidad, el “esperando” es un tiempo verbal que nos es familiar. Siempre
estamos esperando un resultado para planificar una acción y luego estamos
esperando el resultado de esa acción para planificar otra. A menudo escuchamos que alguien dice “me gusta más cuando me mandan a hacer ejercicios,
dietas o tomar tal o cual medicación, porque simplemente esperar me parece que
es perder el tiempo”. Bueno, quizá este es el primer concepto que necesitamos
rever .Quizá el tiempo hay que transitarlo, lo cual no es lo mismo que perderlo.
Ahora bien, cómo transitamos el tiempo sin que nos invada la
sensación de pérdida, lo cual hoy por hoy es una sensación que nos abruma, nos
angustia y nos lleva a cometer errores que pueden ser muy peligrosos
_No idealizar, no suponer que hay soluciones mágicas para
este momento, sigamos las indicaciones de nuestros médicos, los que siempre nos
han acompañado y aconsejado.
_No generalizar, no hacer teorías generales a partir de algún
caso en particular que pude haber escuchado. Suponer que un caso aislado es la
realidad puede costar muy caro. Consultemos hoy más que nunca con profesionales
idóneos y recomendados.
_No aislarse, el aislamiento aumenta las chances de ansiedad
y angustia. Si los grupos de pertenencia habituales están, muy centrados en
temáticas que incomodan, siempre es posible buscar nuevos grupos de pertenencia
social
_No poner la vida en pausa, muchas mujeres ponen su vida en
“stand by” durante la búsqueda del embarazo y en estos momentos es un
comportamiento aún más pronunciado. Esto es altamente desaconsejado. Es
importante sostener nuestra vida dentro de los límites normales. No abandonar
la propia vida, tanto si el embarazo llega, como si no llegase nunca, más vale
no haber puesto toda mi vida en un proyecto que puede ser muy valioso pero no
tiene por qué ser el único
Por sobre todo, hoy es necesario esperar para poder avanzar
en el camino de la búsqueda de un hijo.
Contra la psi psicosis que genera la pandemia, no se
cerraron los caminos, ni se anularon los tratamientos de fertilidad, sólo
estamos esperando para que cuando volvamos estemos todos enteros, plenos y
fortificados para acompañar cada búsqueda cada desafío con el mismo fervor de
siempre. El fervor que anima cada búsqueda y cada encuentro con un hijo.
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